Cada año, una gran banda de todas partes del mundo llega a inundar un lugar de Alemania. Cada año es un lugar diferente. Celebran la vida y la luna llena; y bqailan tres dias y tres noches, sin parar, siempre hay alguien junto al altar en el que un sacerdote convertido en DJ (o viceversa) toca las fibras más profundas de las aciduladas y entachadas almas. Y son de los mejores del mundo. Yo estuve allí hace dos años, y tengo unos muy buenos recuerdos de la selva negra, y un rio, y un camino que llevaba lejos, y nadar desnudo en él, y bailar y estar feliz. Lejos del mundo, con una lluvia fuerte en las tardes, que te obligaba a meterte bajo una carpa y tomar té con la banda que estuviera allí tomando té. O a salir y bailar aún más, dando gracias por la fertilidad. Y aún recuerdo a una mujer, cuya foto de me encontré en la página del reven éste y me hizo hablar de ésto. Ninfa postmoderna...(chale)Y ¡Cómo bailaba! siempre sonriendo
No sé que tienen las nórdicas con rastas. Viva la revolución jipipunk
No hay comentarios.:
Publicar un comentario