jueves, 26 de junio de 2003

La respuesta a la adivinanza de la otra vez: las luciérnagas. También los existencialistas. Y los borrachos a secas.

Entrar al cine pacheco es algo que hacía mucho que no hacía. Entré a las dos y media a ver Blood Simple, la primera de los hermanos Coen, y antes de eso nos dimos un gallo. Y el auditorio oscurísimo (llegamos empezando la peli). Bajé un par de escalones tanteando con los pies, y me quedé viendo la pantalla, esperando un momento de iluminación y saber por donde podía pasar y dónde sentarme. De pronto, el compa éste ya no estaba. Que pinche sensación tan rara. Me sentí absolutamente sólo en el lugar que extrañísimo se extendía en filas de butacas de madera hacia todos lados. Me quedé parado buscando a mi amigo un rato, y luego avancé dos filas más y me senté. De tanto en tanto volteaba para tratar de enterarme de qué le había pasado, y en esos momentos loss reflejos de la pantalla en las sillas me hicieron alucinar un poco. Me sentí como en Lost Highway. Más tarde, se les cortó el rollo, o algo así, y prendieron la luz. Me di cuenta de que éste güey estaba un par de butacas mejor acomodado y me moví (sobra decir que no entendí el comienzo de la película, aunque si el ambiente muy a la Barton Fink, oscuro, enrarecido) Aparte, no distinguía los distintos personajes. Pinches actores se parecían todos... Un poco más adelante se me bajó, y me puse payaso, que era justo lo que quería en un principio. Y acaba muy bien, una vez que desenredé más o menos lo que me había perdido cuando mi cabeza se iba leeeeejos. Me la pasé bien. Llegué a mi casa, dormí, desperté, dormí, y aquí estoy, todavía un poco puesto pero ya de salida. Hacía mucho que no me pegaba tanto la mota. Y hacía mucho, quizá tenga que ver, que no fumaba de día (en la ciudad, las vacaciones no cuentan).

Coltrane 12 Central Park West

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