Lo único que se puede hacer con las ideas es pensarlas, y bajo ésta operación (perdonen la jerga), lo único que obtenemos son ideas. No hay ninguna forma de constatar su verdad excepto la experiencia, que es siempre subjetiva y siempre interpretable (excepto cuando no lo es, pero la mayor parte de las veces es intrascendente lo que se constata, por ejemplo, que las manzanas caen, o alguna versión más sofisticada de la física. Las demás veces, lo que se constata no son ideas propiamente dichas, como objetos del pensamiente sino cosas diferentes, sensaciones, sentimientos, intuiciones).
De las ideas y del pensar sólo salen ideas, y es por eso que cualquier sistema ideológico que creemos estará fundamentalmente errado (éste también, por cierto, y su error es bastante obvio: querer hablar de ideas en tanto objetos del mundo con ideas. Por cierto, el paréntesis también está por lo menos incompleto). Por lo que cualquier descripción de la realidad es incompleta, cualquier idealización banal, y no hay por qué sujetarse a ella.
Toda realidad es inventada, como diría Pablo Molucas*, y por lo tanto somos libres de hacer de ella lo que más nos guste.
*Pablo Molucas, personaje de "Lo mejor que le puede pasar a un cruasán" de otro Pablo cuyo apellido no recuerdo. El libro lo leí mientras convalecía por unas muelas del juicio brutalmente extraídas (no es cierto, mis agradecimientos al doc, gran trabajo). Divertidísimo.
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