viernes, 24 de septiembre de 2004

Minicio, el hereje

Marco Ferminio Minicio fue crucificado en el desierto. Su delito, más que la herejía de que lo acusaban —decir que el cuerpo de Dios en la eucaristía es, en el fondo, el cuerpo del prójimo, basado en la humanidad de Cristo, y que, por tanto, una vez devorado el rival simbólicamente se podían hacer las paces, dado además que uno había sido igualmente devorado, si no por el mismo, por otro enemigo oculto o una hembra deseante—, fue acostarse con la hermana de Agustín, más tarde Santo. El error de cálculo de sus ejecutores, al volver su imagen una tan símil a la del Redentor, llevó primero a la difusión extensísima de cantos populares, después al nacimiento de un clandestino culto miniciano y al final a la masacre de Hipona, en 726, de la que no quedan sino oscuras referencias, como ésta.

No hay comentarios.: