domingo, 14 de noviembre de 2004

En el stage estaban, de derecha a izquierda (mia, para la de ellos léase al revés):

Hernán Hecht
Aarón Cruz
Diego Maroto
Juan Alzate
Remi Álvarez
Mark Aanderud
y Eduardo Piastro


Antes también había estado Iraida Noriega, pero quién sabe por qué ya no se subió para ese final. Hubiera estado poca madre, pero aun sin ella lo estuvo. Lo mejor es cómo se juntan músicos de estilos y backgrounds tan distintos y hacen eso que hicieron, que no sé cómo se llame y mejor ni intento describirlo, porque está más allá.

Nomás como dato curioso, en un momento en que estaban la Noriega y el Álvarez solos, haciendo cosas rarísimas, ella empezó a decir un embrujo en portugués. Se alzó un viento frío de noche en descampado, que siguió, manteniéndonos en vilo mientras no sabíamos si lo que sonaba era ella o el sax, hasta que ella dijo tranquilo, y se calmó. De esos vuelos estaba su voz. Por eso hubiera estado de poca madre que se subiera con los demás, pero igual estuvo de poca madre.

Se veía algo así, pero menos cuadrado y en movimiento, y alineados como debieran, que ahorita estoy cansado y sin mucho humor de pelearme con Blogger pa que salgan bien:


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