La cosa es que sí, yo soy yo y tu eres tú, y eso da para un montón de canciones de letra fácil y melodía pegajosa. O para un montón de pláticas en las que uno se siente muy inteligente por sacar un argumento de la manga, y si se sigue la discusión uno se aburre y deja el tema para la próxima. O para un post (pero no muchos). O una tesis de filosofía. Pero que yo sepa no es una cosa que se aborde mucho en la ciencia (igual la parte de la ciencia con la que estoy familiarizado (poco) es pequeña y más bien abstracta. Más bien no se ocupa de esas cosas) Y por eso alguien que hace una tesis de filosofía se siente con total libertad para argumentar desde y para fuera de nada que se apoye en datos. (lo que sigue es acerca de la sensación de ue hay cantidad de farsantes ocupando puestos académicos, etc. No viene al caso). Por eso me sorprendió un artículo de Vilaynur Ramachandran, quien no sabía que existía, pero parece que es un señorón (y aquí entra otra disgresión acerca de como los indios sí se ponen las pilas y con todo y mil dioses (que a uno le enseñan en la secu que el monoteísmo es más avanzado que el poli) y reencarnación y esas cosas de la edad de piedra (según la secu, siempre), tienen mucha más ciencia que nosotros, la raza de bronce. Pero tampoco viene al caso), en el que habla de unas cosas que se llaman neuronas espejo, que se activan cuando uno ve a alguien (o a un animal) hacer algo, y que permiten entener el sentido (en un modo muy primario) de lo que se ve. Es decir, en vez de ver unos colores y texturas equis moverse, se ve a "alguien haciendo algo". Más aún, se "ve a alguien haciendo algo que yo puedo hacer". Por lo tanto, se ve "lo que yo puedo hacer, pero mi cuerpo no está haciendo nada" porque las señales del cuerpo así lo indican.
Siguiendo la argumentación de Ramachandran (por dios (único) ¿con esos nombres pueden hacer ciencia? pregunta la tía escandalizada), esto vale como decir que las neuronas espejo "adoptan el punto de vista" del otro chango (porue se encontraron primero en changos). Y es que esa no es su única función, también se activan cuando uno mismo lo hace (el "lo" es por "aquello que hacía el otro chango". La argumentación aquí es mejor si se plantea al revés, pero la idea es la misma y no voy a reescribir), junto con otro montón de neuronas que no espejean. Digamos, si yo como un plátano, se preneden 100 neuronas. Si veo a alguien comer un plátano, se preneden 24 de esas cien. Esas 24 son las espejo. Reaccionan igual para mí que para el otro. Por eso lo del punto de vista.
Muy bien, entonces reconocemos neurológicamente la existencia de los demás. (como subconjunto de la existencia propia, de algún modo). Existes porque te veo. Todo muy fácil, y muy a gusto para un "sí mismo" bien grandote (todo le cabe) y bien egocéntrico. Como el bebé que grita Mamá como una forma de obtener comida, no de llamar a otra persona para que le dé comida (cuando esto falla, el bebé puede empezar a pensar que hay otras voluntades en juego). Aunque aquí seguro cualquier neurólogo me acusa de farsante.
¿Qué pasa (aquí viene el loop, y un amante de la reflexividad y las paradojas al estilo Russell, como un servidor, se prende) cuando el otro me ve? Chango mira a changa mirando a chango. Chango se soroja. Pero además, neuronas espejo de chango se ponen en el lugar de neuronas normales de changa, y ven chango colorado. Y chango se colorea aún más. Pero además, se intuye como algo que los demás ven como algo que no son ellos.
Existo porque me ves. Existo porque te veo (y Descartes va y se queda corto, cortísimo). Piensas en mí, luego existo (¿a quíen no le ha pasado?)). (En la India, con sus multitudes arrumbadas, no hay solipsismo posible).
El centro de lo de Ramachandran es que no es que los otros aparezcan en la conciencia como consecuencia de la conciencia propia, sino justo al revés. Uno puede ser consciente de sí mismo sólo cuando es consciente de los otros. No "yo soy yo y tu eres distinto, por lo tanto eres otra cosa" sino "Te veo. Me ves. Te veo que me ves. ¿qué ves hacia acá, que sólo hay una nariz, y borrosa? Ves hacia acá como yo te veo a tí, por lo tanto debe haber algo acá que es como tú. (Chango voltea hacia atrás. No hay nadie) ¡Ay, dios, soy como tu!
Tan-tan, existo.
Para una explicación mejor, vayan al artículo original: The Neurology of Self-Awareness
Por cierto, acabo de terminar Shalimar el Payaso, de Salman Rushdie. Qué buen final.