Uno tiene esta tendencia a indignarse: Si alguien dice que México es sudamérica, o le dice a un mexicano "sudaca".
Porque Norteamérica llega hasta Guatemala, y Sudamérica empieza en Colombia. Obvio.
Pero luego va y se pregunta si la Geografía natural ha de respetar cosas tan culturales como las fronteras, y si en realidad centroaérica no empezaría en el Itsmo y acabaría un poquitín dentro de Colombia.
Y es que desde fuera es mucho más práctico (y por eso triunfa, a peasar de nuestra dignidad) pensar: Norteamérica=Inglés, primer mundo (aunque Canadá, siendo sinceros, casi no pinta); Sudamérica=español, tercero (aunque Brasil sea en portugués, y sea enorme)
Al mismo tiempo, uno es un bolivariano teórico convencido.
Latinoamérica unida. Pero México al norte. (Y al mismo tiempo como que da algo de grima que Venezuela sea el único país declaradamente bolivariano. No por Hugo chávez, sino por ¿Venezuela? Si no tienen ni un Nobel de literatura. Aunque Bolívar haya sido caraqueño. Y no es que me guste Chávez).
Y uno se pregunta si no se debería indignar por algo que le afecte realmente a él, no a su banderota. Y si la dignidad de la banderota no estorba para hacer cosas que sirvan de algo (porque, señores, decir "los gringos son unos brutos" o "los españoles no saben dónde termina sudamérica" no resuelve nada. Nadita.) (O sea, ni los españoles ni los gringos van a dejar de decirlo, ni la gente va a comer mejor acá. Pero si se logra que la gente coma meor, igual y cambias su impresión)
Pero uno se indigna por cualquier cantidad de burradas.