lunes, 30 de junio de 2003

A veces me desdoblo y me digo al oído ¡qué bueno respirar sentirte vivo! ¡qué bueno que te cruces por mi camino! rodeado de un espejo circular... soy feliz con esta esquizofrenia tan particular.

Qué grato es encontrarme vaya donde vaya; por más que me cuento mis chistes siempre me hacen gracia. Si me voy, si me duermo la vida se apaga ¡qué potra saber que siempre me seré fiel! ¡qué suerte desde un principio caerme tan bién!

Y voy y me levanto cada mañana feliz y seguro me hago el desayuno, me lo sirvo en la cama, y allá voy, menudo soy, me dedico un arrechucho: sexo seguro sin riesgos sin contemplaciones, dudo que nada me satisfaga mejor que un servidor, menudo soy para el amor y que le voy a hacer si la gente me condenó al olvido, a ser autosuficiente si con eso sobrevivo que no es poco mejor loco que mal acompañado.

Qué bonita, qué divertida es conmigo la convivencia; descojonarme de mi última ocurrencia y esperarme despierto vuelva a la hora que vuelva o cocinar para mí mi plato favorito. No encontrar en el baño más pelos que los mios.

Sólo yo controlo sólo yo determino mis hábitos de higiene; lloro en mi hombro cuando nadie me entiende. Si me siento solo miro a la luna me juro amor eternamente, rodeado de un espejo circular. Soy feliz con esta esquizofrenia tan particular.

Canción de amor propio, de un tal Ismael Serrano

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