José de Arimatea, después de la crucifixión de Jesús, se encuentra a un joven desnudo y lloroso.
—No me asombra tu gran pesar —le dice—, porque en verdad que Él era un hombre justo.
—No, si no lloro por Él —replica el joven—. Yo también he hecho milagros y todo lo que ese hombre ha hecho, ¡pero no me han crucificado!
Oscar Wilde
Mal hombre
Sólo un mal hombre ha podido enseñar esas posturas a la cotorsionista
Ramón Gómez de la Serna
Lágrimas
En sus Memorias, alejandro Dumas dice que era un niño aburrido, aburrido hasta llorar. Cuando su madre lo encontraba así, llorando de aburrimiento, le decía:
—¿Por qué llora Dumas?
—Dumas llora porque Dumas tiene lágrimas —contestaba el niño de 6 años.
Gastón Bachelard
(ya sé que fueron tres ejemplos...)
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