Media comedia (o cómo me curé de una enfermedad venérea)

Me pasó en un momento que somaticé un dolor amóreo en el testículo izquierdo. Pero no lo sabía, así que yo creí que traía algo*. Fui al doctor. Mandó análisis. Me manosearon otro doctor y un robot, frío. Nada. Todo bien. ¿Pero qué carajos estaba mal? Seguía doliendo. Así que pastillas para el dolor, un rato, hasta que se me olvidó tomarlas. Y ya, pasó.

¿Así de fácil? no. Un día, mientras manejaba a dos cuadras de mi casa, me empezó a doler el güevo. Manejando es peor, porque tienes que ir moviendo la pierna todo el tiempo. No hay de que me quedo quito en un punto donde no duela y respiro profundo. Ni madres. Así que tuve que seguir. Además había tráfico (que implica, aparte de que se va a tardar uno en llegar a un lugar verde reposado, con una fuente de agua cristalina y montones de Dolac™, que hay que estar mediendo el clutch cada medio segundo). Y en medio del dolor, recapitulé: ¿Cuándo había empezado ésta joda? Un día que estuve horas al volante porque había tenido que ir al aeropuerto a recoger parientes. Ya, eso sí. Pero además, era el día en que había sentido que todo se iba al carajo con ella. Y en vez de hacer nada, fui al aeropuerto por parientes. ¿Y si el dolor tenía que ver con la circunstancia más que con el hecho? (¿quihubo, pinche Orteguita**?) Así que me puse a pensar algo como "no la quiero, no me importa, no me duele" "no la quiero, no me importa, no me duele" "no la quiero, no me importa, no me duele" y así. Se quitó. Manejé sin bronca. Hasta el hipódromo y de regreso.

Cuando, semanas después, me preguntó ¿por qué me ignoras? respondí, veraz y sencillo, porque se me hincha


*Tautología: (si le ha resultado ofensivo esto hasta ahora, mejor no lea) las enfermedades venéreas son de la verga
**Saludos a Gasset.
***También está la historia de la alergia que tenía a una cosa que no causa alergia, aunque casi me muero, y que tiene que ver pero el psiquiatra no me deja divulgarla. Cobra derechos, porque él la descubrió.