lunes, 21 de enero de 2008

Vampirizar

—Señor Juez —dijo el abogado del conde—, aquí no hay nada que discutir, fue un asunto entre particulares. La madre de los demandantes cedió voluntariamente su hemoglobina a mi cliente para su uso, abuso y beneficio, como consta en el contrato que ya han visto, notariado, y mi cliente hizo efectivo el pago de la cantidad acordada a los señores aquí presentes.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Pues a mí me suena más como a gastritis

Anónimo dijo...

Interesante transacción.

Un saludo desde el Otro Lado...

PD: ¿Por qué debería haber en DF una calle llamada Guayaquil?

Santiago dijo...

acidez estomacal, Dan. Pero a cambio tienes mucho hierro.

Borja, para que sea una imago mundi