lunes, 3 de noviembre de 2003

Grabiel

Miguel Grabiel Rafael Jiménez Jiménez, nacido un 29 de septiembre en Tenamaxtlán Jalisco fue siempre tenido en mas por los del pueblo por ser del día de los Santos Arcángeles, patronos del lugar. Desde niño fue criado para cura, y cuando cumplió los trece, entre todos financiaron su marcha al seminario, en Guadalajara. A los dieciocho se había ordenado y, como sentía que lo suyo era la teología de altos vuelos, dos años mas tarde fue a la Pontificia Universita' Gregoriana, en Roma.

Diestro en latín, pero siniestrísimo con el italiano, lo único que podía leer en lengua vulgar era L'Unita', el diario comunista. Las ideas rojas le fueron pareciendo cada vez mas cristianas (excepto claro, eso de que el Mesías llevaba bigote y vivía en Moscú), y de regreso en México se encontró, a través de amigos, en medio de teólogos de la liberación.

El compañero Gabriel, como les dio por llamarle a sus amigos (soy Grabiel, respondía siempre) regresó a Tena a suplir al párroco anterior quince años después de su partida, el día de su cumpleaños. La gente celebró mucho su llegada: hasta el presidente municipal le dedicó unas palabras a "éste hijo pródigio de nuestra tierra, que ora regresa al seno que vio su nacencia".

El gusto les duró poco, en tierra de cristeros era de esperarse. Cuando lo llevaron a enterrar, la gente susurraba “todo fue culpa del juez civil, que le puso el nombre alrevesado”

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